miércoles, 10 de junio de 2015

Cargando (55%)

- Cien  hormigas brotan...

- Yo sólo he contado noventa y ocho.

- Está bien. Noventa y ocho hormigas brotan de...

- ¿Estás seguro de que son hormigas? A mí no me lo parecen.

- ¿Y qué son?

- No lo sé. Insectos. Son insectos, de eso estoy seguro.

- Noventa y ocho insectos brotan de mi alma...

- No es tu alma.

- ¿Cómo puedes estar seguro?

- No seas estúpido. Sé donde está el alma. Eso no es tu alma. Tu hígado, como mucho.

- Noventa y ocho insectos brotan de mi hígado y roen mis entrañas...

- Los insectos no roen.

- ¿Quién lo dice?

- El significado de roer. Son insectos, no roen. Pican.

- Tienes razón. Noventa y ocho insectos brotan de mi hígado y pican mis entrañas. Creados por mí, igual que te he creado a ti y he creado los colores.

- Pero no lo has hecho.

- Ya lo sé, estoy exagerando.

- Pues no lo entiendo.

- ¿Qué no entiendes?

- Cómo puede alguien haber creado los colores.

- Yo tampoco lo entiendo, la verdad.

- Entonces no lo digas.

- Noventa y ocho insectos brotan de mi hígado y pican mis entrañas. Creados por mí, igual que te he creado a ti. Noventa y ocho insectos que descienden por mi brazo y que cuando salen por mi mano...

- ¿Cómo?

- ¿Cómo qué?

- ¿Cómo salen de tu mano? Yo no los he visto salir.

- Lo hacen.

- Me gustaría saber cómo.

- No lo sé, nunca me he parado a mirarlo. Por debajo de las uñas, supongo.

- Deberías especificarlo.

-Noventa y ocho insectos brotan de mi hígado y pican mis entrañas. Creados por mí, igual que te he creado a ti. Noventa y ocho insectos que descienden por mi brazo y que cuando salen por mi mano, por debajo de las uñas, quedan aplastados contra el papel, en forma de palabras.

- ¿Y qué dicen?

- Componen poesía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario